Que loco, ¿no?.
Los poemas,
del re-encuentro.
A los míos…
Vinieron de Italia, junto con el año,
en el mes de enero bajaron del barco,
con sus brazos fuertes y un montón de sueños
a la usanza antigua, de la vestimenta,
en aquellos tiempos.
ella con pañuelo, el con un sombrero,
vinieron de Italia, a sembrar el suelo
trabajar la tierra, que les dio sustento,
ya los esperaban, los primos primero,
luego los paisanos, y ningún abuelo,
todos les hablaban, trayendo recuerdos,
y se palmoteaban, sin ningún
esmero,
eran los abrazos, de la travesía,
eran los abrazos, a este
mundo nuevo,
consigo traian toda la esperanza,
el mantel bordado, ese
crucifijo
que protege el lecho,
y una fotos viejas,
de los que quedaron, en un puerto lejos,
trabajaron duro, hicieron la casa,
tuvieron los hijos, luego algunos nietos,
y el que fue mas fuerte, hasta vio un bisnieto.
Vinieron de Italia, nunca mas volvieron,
la vida dejaron, en la
tierra grande,
y entre las memorias . . .
quedo un pasaporte . . .
un vino y . . .
un mate. . .
Maria Agustina Di Maio.
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Tal
vez poesía . . .
Tal vez estas frases, que llegan a tu oído,
revivan un ayer, que hoy es un olvido,
tal vez las cosas simples,
que tienes muy guardadas,
recuerden un instante,
que hace tiempo amabas,
tal vez hoy no parezcan,
grotescas mis palabras, y sean un alivio,
que tu conciencia clama,
tal ves en una noche,
derrames una lagrima,
soñando con los besos,
que antes te brindaba,
soñando con los besos,
que antes te brindaba,
tal vez un día cualquiera,
no calles las palabras,
no calles las palabras,
me digas como hiciste,
para matarme el alma
para matarme el alma
tal vez tu...nunca vuelvas,
ni yo tampoco lo
haga,
y quede en el recuerdo,
lo que hoy nos acobarda...
Maria Agustina Di Maio.
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